lunes, 28 de mayo de 2018

Las dos caras del éxito

En una sociedad como la actual, la clave del éxito empresarial es contar con buenas ideas y amplios conocimientos para crear productos que nos permitan seguir avanzando y mejoren distintos aspectos de nuestra vida. Pero esto no es suficiente, detrás de estos proyectos es crucial que haya una figura al mando, la cara de la empresa, que no tenga miedo de defender sus propuestas y tenga la suficiente personalidad como para dirigir a un elevado número de empleados, pero, ¿Cuales son los problemas de esto?

Un ejemplo de este tipo de figura, es el físico, inversor y magnate Elon Musk. Este inventor tiene a su cargo diversas empresas, entre las que destacan SolarCity, SpaceX o Tesla motors.  A pesar de ser un hombre de éxito, es también una figura muy polémica de nuestro siglo y hay opiniones muy divididas sobre su personalidad. 

Por un lado, no cabe duda de que se trata de un visionario, una persona con la suficiente autoestima y personalidad para defender las ideas en las que él y sus equipos trabajan por estrafalarias que puedan parecer. Por ejemplo, es gracias a él que hoy podemos pagar con PayPal o empezar a ver coches automáticos. Es cierto que, gracias a gente como él que avanza nuestra sociedad.

Por supuesto, por el otro lado también percibimos que el empresario no es todo ideas increíbles y avance. Muchos de sus empleados afirman de forma anónima que el trato con  el magnate dista de ser agradable, se dice que es extremadamente arrogante y exigente, que no se corta a la hora de destacar defectos en el trabajo de los demás o que encuentra extremadamente decepcionante que sus empleados no vivan por y para su trabajo en sus empresas. En definitiva, un jefe con una personalidad muy difícil de encajar.

Desde mi punto de vista, aunque entiendo que trabajar con alguien así debe ser agotador, también es la única manera de que pueda sacar adelante sus proyectos y de cultivar su éxito. Sé que es una perspectiva bastante egoísta, pero quizás sea la única si se quiere avanzar.


jueves, 10 de mayo de 2018

Innovando con estilo

La ciencia y el diseño son dos conceptos de nuestra realidad a los que vivimos acostumbrados. Ambos han llegado a desarrollar una gran importancia en nuestra vida cotidiana, por lo que se han vuelto aspectos comunes de la misma. Sin embargo, el hecho de fusionar estas dos disciplinas sí que puede llegar a llamar la atención de la mayoría de nosotros, ya que los solemos percibir como ramas que guardan poca relación o ninguna.

Neri Oxaman, una reconocida arquitecta, artista y profesora del Instituto Tecnológico de Masachusetts (MIT), nos demuestra o contrario con sus últimos proyectos, en los cuales utiliza en diseño con arma principal para enlazar la biología y la tecnología. Uno de sus trabajos que considero que merece la pena destacar por su singularidad, es su famosa silla `Gemini´. Se trata de una silla acústica que absorbe el sonido de los alrededores además de adaptarse al cuerpo del usuario. Esto se ha conseguido gracias al complejo uso de muchos materiales. Por ejemplo vemos que el revestimiento interior de la silla(impreso en 3d) usa un total de 44 materiales de diferentes texturas y grados de transparencia, para lograr este acabado.

Este proyecto es uno de los muchos ejemplos del trabajo de esta mujer israelí, que sin duda esta revolucionando tanto el campo de la biología, como el de la tecnología o el diseño.